Desayunando (Marie/libre)

Ese día había salido temprano de casa, Rosalie me había llamado en la madrugada y me había dicho que tenía que venir temprano para arreglar unos asuntos.
Por unos minutos había pensado en ignorarla y seguir durmiendo hasta que fuera la hora de la entrada de todos los alumnos así que me tomé la libertad de dormir unos minutos más, pero antes de lo que pensaba tenía de nuevo mi teléfono sonando y vibrando como nunca y esa era Rosalie.
Por lo que tuve que salir casi corriendo de la casa pero esta vez decidí darle un poco en la torre e irme vestido tal como solía hacerlo en los fines de semana.

Unos jeans y una playera desgastados con unos tenis eran perfectos, me sentía mucho más comodo, así que tomé mi carro y salí hacia la escuela. Al llegar solo habían unos carros estacionados, los maestros, intendentes y claro Rosalie, la señora ya me estaba pareciendo un dolor de cabeza.

Llegué a mi despacho y ella ya me estaba esperando pero hablamos rápido del tema gracias a que yo solo respondía con un Sí o un No y después de haber terminado salí a la cafetería, ni siquiera me había dado tiempo de desayunar y ahora estaba algo enfadado.

Pedí un desayuno completo, que consistia en unos huevos revueltos con tocino, una hash brown y un jugo de naranja. Cuando tuve mi charola en mano fui directo a la primera mesa que encontré y me senté a desayunar.

Duhhh. Ahora me deprimiré. pensaba con sueño.

Esa noche no habia podido ni pegar un ojo, sabrá Dios por qué.
Habia estado de corrido toda la noche, pensando en todo lo que habia vivido desde mi llegada aqui. Había encontrado a mi mejor amiga, chicas grandiosas. Y bueno...una que otra persona más.
Un sonrojo se extendió por mis mejillas, mientras me quitaba mi pijama.
Tenia pensado faltar a clases e ir a caminar por ahí.

Era bastante temprano, por lo que casi ninguno de los alumnos se encontraria por ahí. Me habia puesto solo unos pants ligeros y mi sudadera favorita. Ni siquiera me habia tomado el tiempo de peinarme. Encontré una gorra en algún lugar de mi maleta y la puse sobre mi cabeza. Al mirarme al espejo me habia dado cuenta de que mis ojeras eran demasiado notorias, por lo que me puse unas gafas obscuras para evitar preguntas de los demás.

Al llegar a la cafeteria, me dirigí a la barra dónde la chica que atendia se encontraba entada esperando la llegada de todos. Pobrecilla. Toda la noche ahi, aburrida.

Pedí un café muy cargado, para que al final no me encontraran dormida por ahí. Y si ya iba a romper con la rutina, pedí también una dona con azúcar.

El comedor estaba solo, salvo por un chico que parecía concentrado en comer su desayuno. Miré su cabello, y de inmediato pensé en Michael.
Aunque claro, a él solo lo habia visto cuando vestia traje formal.

Me acerqué a la mesa que estaba enfrente de él, mientras daba una mordidita a mi dona. Levanté mi vista, cuando vi algo que me sorprendio.
Al chico al que habia visto...era Michael. Mi mente estaba confundida por muchas raznes, pero a el lo reconocia hasta en sueños.
Me levanté de mi mesa y me acerqué a la de él.

-Señor Bosworth-dije en tono de broma.-¿Le molesta si me siento?-pregunté.

Quería dejar de pensar en los problemas para lo que me había buscado Rosalie, aparte de sus reclamos por mi ropa y de que tendría que cambiarme en cuanto los alumnos empezaran a llegar o incluso que tendría que volver a casa, cambiarme y volver... que flojera, como si lo fuera a hacer.

Empezé a picotear un poco la hash brown con mi tenedor, tenía hambre pero en ese momento sentía ganas de irme a casa y dormir por el resto del día.
Apenas si me había dado cuenta que alguien había entrado a la cafetería, mi mente divagaba por los asuntos y me sorprendia que alguien entrara a la cafetería a esa hora..seguro sería un maestro o maestra que iba por su desayuno y claro ni siquiera me reconoceria por mi "nueva" ropa y por mí mejor, no quería oír de las quejas que tenían contra algunos alumnos.

Si no me iba de vacaciones pronto acabaría volviendome loco. Pude sentir como la persona que había entrado se había sentado en la mesa de enfrente, pero ni siquiera alzé la vista para ver de quien se trataba, solo me metí el primer bocado a la boca y empezé a masticar hasta tragar.
Alzé la vista en cuanto oí una voz bastante familiar.. no podía confundirla ni entre un millón de personas, por lo que extendí una gran sonrisa, ¿Qué hacía Marie ahí a esas hora? La miré algo confundido, noté su atuendo y reí, los dos ibamos bastante formales pero aún así me gustaba demasiado como iba vestida.

Me levanté rápidamente aún con una sonrisa en mi rostro e hice una reverencia como si fuera un caballero del siglo XVIII.

- Claro Señorita Forbes - respondí, para después echarme a carcajadas y esperar a que se sentara

Reí ante su gran intento de parecer caballero antiguo.
Acto seguido, me acomodé en el lugar libre enfrente de él. Justo ahora, estaba que moria de pena. De haber sabido que me lo encontaría me habria puesto algo más...no sé...¿Formal?
Pero en vista de que ambos estabamos el la misma situación mi inconciente sonrojo desapareció.

-Y digame señor director...tenía entendido que usted amaba su escuela, más no que estaria aquí dos horas antes de que comienzen las clases.- comenté burlona. -Lindo atuendo.- continué mientras miraba lo que podía de su vestimenta.

Adoraba como se habia vestido, con su playera desgastada. Esta prenda enmarcaba su bien formado cuerpo, pero nada exagerado. Sonreí ineternamente ante la maravillosa vista que tenía.
Mi forma de verlo cambiaba totalmente al verlo así, y aunque era la primera vez que lo veía vestido de esa manera, a mi me parecia de lo más común, como si siempre lo viera así.

Enfrente de él tenia una de esas famosas papas hash brown, una de mis cuantas adicciones. Tomé otro sorbo de mi café, cosa que me hizo estremecer...había quemado mi lengua y mi garganta. Perfecto.

Sinceramente no esperabamucho de mis reacciones, no estaba totalmente en mi esa mañana.

Cuando ella se sentó yo hice lo mismo pero en el lugar en el que antes estaba. La escuché y reí..como si "amara" la escuela realmente, por mí podía quedarse con Rosalie como directora..pero ya que tenía "una gran puesto".. yo sabía que por dentro quería demostrar que sí podía con el puesto y de cierta forma demostrarselos a todos pero era algo que no quería admitir.

Cuando ella mencionó lo de mi atuendo no puede evitar verme a mi mismo y encojerme de hombros.

- Rosalie me llamó por algunos asuntos y quería... sorprenderla un poco con mi "elegante atuendo" - dije sárcastico y con una sonrisa de lado - Tampoco puedo negar que te ves realmente sexy con tu atuendo - dije y reí un poco, aunque podía paracer en broma realmente lo pensaba.

Ese había sido mi objetivo y no estaba dispuesto a regresar a casa a menos que me quedará en ella por todo el día.
Empezé a picotear un poco toda la comida que había en el plato mientras miraba de reojo, tenía que admitir que me gustaba más de lo debido, lo sabía por que siempre que no tenía los problemas en mi cabeza, ella estaba presente e incluso tenía que reprimir mis impulsos de ir a buscarla a los salones y tenerla un rato solo para mí.

Noté cuando se estremeció y supuse que había sido el café que estaba demasiado caliente, por lo que solté una "pequeña" carcajada y después cayé y me metí un gran bocado de comida en mi boca, mastiqué y tragué, al menos eso había detenido las risas de mi parte.

- Cuidado, creo que esta un poco caliente - dije sarcástico y señalando su café

Lo miré con sarcasmo.

-Deberías llamarte “Madame Zazú” o “Walter Mercado”… ¿Has pensado en ser adivino en vez de director?-pregunté con una sonrisa en mi rostro. –Ahora te llevaré a todas partes, de no ser por ti no habría notado que está caliente.- dije tratando de parecer enojada, pero sonreí al momento.

Ambos sabíamos que mi mente me prohibía “enojarme” con él.

-Vaya que eres un director responsable…yo habría metido el teléfono a la pecera sin importar que Brandy se muriera.- dije con una sonrisita. –Así se llama el pez que está en casa….- continué rodando los ojos.- Y tu atuendo no solo sorprende… enloquece.-

¡¿La que dijo eso fui yo?! Lo miré con diversión, después de todo él sabia lo mucho que me gustaba. Aún sabiendo que no estaba correcto y todo eso… pero no podía controlar ni a mi mente ni a mi corazón cuando estaba con él.

Era como conocer…algo inexplicable, cada que hablaba con él era sorprenderme con cada unos de sus comentarios. Caí en cuenta de su comentario sobre mi ropa, y no pude evitar reírme de mi misma.

-Está bien, está bien. Yo sé que no es mi mejor día. No pegué un ojo en toda la noche- dije frustrada. –Pero no esperaba encontrarme con nadie importante, mucho menos contigo. De ser así habría buscado algo presentable, estoy segura que debe haber algo.- terminé algo avergonzada, me daba miedo que Michael se decepcionara de mí. Patético, ero cierto.

Reí cuando había hablado con sarcásmo, bueno, bueno, lo que había dicho había sido demasiado obvio pero eso era el propósito.
Cuando menciono que era un director responsable no hize más que reír y negar con la cabeza mientras empezaba a picar de nuevo mi desayuno. Claro que también hubiera hecho si tuviera una pecera y sino supiera que Rosalie era capaz de ir hasta la casa por mí y llevarme a la fuerza al "trabajo", esa mujera sabía llegar a los excesos.

Reí a carcajadas cuando mencionó que mi "atuendo" enloquecía, lo esperaría de cualquiera pero menos de ella. Cuando empezó a hablar decidí que lo mejor sería callarme aunque me costó algo de tiempo y algunas respiraciones profundas.

- Creo que tienes razón con lo de mi vestuario..enlquece a Rosalie - dije guiñandole un ojo para después reír más.

Después no pude evitar recorrerla con la mirada, tal vez demasido obvio pero no me importaba.

- Marie.. ¿crees que lo que dije fue sarcásmo? - dije alzando una ceja y centrandome en su rostro - Vistas como vistas a mis ojos eres sexy, completamente y en todas tus formas - dije siendo sincero y mirandola divertido, para después meterme un bocado de mi desayuno a la boca y tragar.