Sin nada que hacer (Mark)

Era una popular pero aún permanecía un poco aislada de todos. No es que me sintiera mal con ellos, la gente en aquel lugar era muy amable, pero a veces me gustaba tener mis momentos de tranquilidad.
Decidí ir al lago para dar una vuelta y ver como era aquello. Tuve que andar por un pequeño trozo de bosque y mis tacones no es que acabase muy bien agraciados. ¿A quien se lo ocurriría ir con tacones por el campo? Ah sí, a mi.

Cuando llegué al lago busqué un buen lugar para sentarme y finalmente localicé la sombra que daba un árbol. Me dirigí hasta el árbol y me senté recostando mi espalda en mi tronco. Cuánta tranquilidad que se podía respirar allí....

Hacía viento, y mi melena se mecía con él. Estaba tan tranquila pensando en mis cosas que cuando alguien me saludó me llevé un buen susto.

- ¡Ah! - asomé mi cabeza por uno de los lados del tronco y vi allí de pie a un chico. Me parecía que era un profesor o algo así. - Hola. - le dije con una sonrisa.
Parecía que estuviese esperando a que le diese permiso para sentarse, y aunque no lo necesitaba porque aquel sitio era libre y cada uno podía hacer lo que se le viniese en gana dijd:
-Oh, ¿quieres sentarte? - le pregunté.

-Yo soy Lucinda. - dije mientra él se sentaba.

No tenía pensado encontrarme a nadie allí. No sabía que decir. Se había sentado a mi lado, y se me hacia raro estar sentada junto a alguien que era más mayor.
- ¿Eres profesor? - le pregunté. Tenía que saberlo, si no tardaría al manos un par de días en enterarme, o incluso en asistir a su clase.
Estaba mirando al horizonte, a la nada.

Así que era profesor de Español... nunca me había interesado mucho ese idioma pero la verdad es que sabía alguna que otra palabra. La abuela de mi madre era española, y quisiera o no cuando era niña la escuchaba hablar con ella por teléfono, y alguna palabra se me ha quedado en mi cabecita.
-Nada en especial - contesté a su pregunta. - Simplemente pasar el rato.
Era cierto, aunque ahora echaba en falta el hecho de no haberme traído nada para distraerme, ni música, ni móvil, ni nada,

Me estaba mirando, y sin disimular ni nada. Al principio me sentí un poco nerviosa, pero eso fue por unos miserables segundos. Después me relajé y fui yo misma.

- Esta es la primera vez. - le contesté con una sonrisa. - Salí a dar un paseo y acabé aquí. -esta vez reí del hecho de que había acabado allí, en el lago, por pura casualidad. - ¿Y tú, vienes mucho por aquí? - esta vez era yo quien queria saber más.

- Ah, - miré el cable que salía de su bolsillo. - ¿Qué música escuchas? - le pregunté interesada.
Sabía que podía pareces una chica que quiere saberlo todo, pero la curiosidad en mó podía a ser terriblemente torturadora. Siempre había tenido curiosidad por todo, por lo que la gente haze, por lo que le gusta....